En ocasiones es bueno dejar todo reposar, algo fácil, asumo. Es como lanzarte al colchón cuando llegas de la agotada rutina y suspirar, porque has vencido, has ganado un día más para memorar. Nadie sabe lo que puede suceder en el camino en estos días, pero lo seguro de todo es que se gana, sin duda. He querido escribir una carta al viento que sopla mis palmas al aplaudir, porque la suavidad con la que toca cada uno de mis dedos aumenta las ganas de seguir haciéndolo, seguir aplaudiendo a quien sabe qué. Detesto mi empleo, nada es tan feliz como se pinta, un gran sueldo sí, más no un gran lugar para estar. Nada es perfecto, dicen los sabios, pero nada tampoco es necesario, hay cosas que se pueden dejar ir sin más. Amo a mis amigos, eso sí es seguro, aunque muchos hoy ya no estén presentes, repito “nada es perfecto ni tampoco necesario”, extrañar es más de sabios. A veces pienso que la vida es como un conuco, mientras más la riegas con lo que amas más ...
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